domingo, 12 de octubre de 2014

Una moneda tardorromana circulando por Utrera durante el siglo IV

En la intervención mencionada se encontró  una moneda en superficie. Se trata de un AE 3 de Constancio II de vellón vigente hasta fecha tardía que es conocida entre los coleccionistas de monedas como "el matao". Monedas similares a estas fueron acuñadas en Roma, Constatinopolis, Alejandría, Antiochia, Siscia o Arelate.
  



Cronología: segundo tercio del siglo IV d.C
Peso: 1,4 g
Diámetro: 16 mm
Exergo: RB (Ceca de Roma)

Ánforas romanas utreranas

De la intervención arqueológica realizada entre 2007 y 2008 en el sitio arqueológico Mataburras II (Utrera) por Pedro Pérez Quesada y Antonio Jesús Hormigo Aguilar se extrajo algunos vasos destinados principalmente al transporte. Se reconocieron muestras destinadas a contener aceite de la variedad Dressel 20 de época antoniniana (siglo II d.C). Otras piezas podrían corresponder al transporte de vino o salsas. Una de ellas presenta una inscripción sobre el arranque del asa con las letras Q.F.ZT. Estas inscripciones estampilladas se refieren, según Remesal,  al dueño del aceite envasado en el momento en que el ánfora se llena. Por lo general suelen presentarse en el asa, como es este caso, y aluden al nombre (tria nomina). No se detectaron tituli picti en la panza del contenedor. Por gentileza del doctor Piero Berni Millet, investigador del Institut Catalá d´Arqueología Clássica, tuvimos acceso a la base de datos del citado instituto. Tal y como nos adelantaba el señor Berni, se localizaron dos sellos epigráficos en el que se menciona la variante ZETI en ánforas del siglo I d.C localizadas en el golfo de Fos.  Asímismo, en opinión del señor Berni, el epígrafe encontrado en el golfo de Fos y el hallado en Mataburas II podría tratarse de dos variantes para el mismo individuo ( “La forma del cognomen Zetus es rústica, normalmente se escribe con H, Zethus. Sin ningún tipo de duda, se trata de un liberto” señaló Piero Berni).


En relación a la situación estratigráfica de las mismas, señalar que en su mayor parte los fragmentos anfóricos se hallaban revueltos, en estratos amortizados hacia fines del siglo IV d.C y principios del siglo V d.C.  Como excepción, se encontraron fragmentos de ánforas tipo Dressel 20 del siglo II d.C enterradas en situación primaria, a modo de silo. El fragmento de ánfora con el sello epigráfico formaba parte del relleno de una pileta de decantación de líquidos, cuya amortización tuvo lugar en torno al siglo V d.C.


Ánfora Dressel 20 antoniniana y sello epigráfico Q•F•ZE^TI (siglo I d.C)


Las primeras ordenanzas municipales de Utrera (Sevilla) conocidas


Lex Salpensana, años 81-84. Museo Arqueológico Nacional

martes, 20 de mayo de 2014

Molinos e irrigación del campo daliense

La primera referencia al aprovechamiento del agua en Dalías y su Campo dataría de época romana, momento en el que Murgis (hoy en el Ejido) se abastece de agua desde el Nacimiento de Celín a través de una canalización que vendría a coincidir con la medieval acequia del Campo.

La iglesia y Dalías durante la Edad Moderna

Como ya se citó el origen de las parroquias dalienses data de 1501, momento en que tras eliminar la libertad religiosa se erigen las parroquias de Santa María de Ambrox y de Santa María de Alaycan.

sábado, 3 de mayo de 2014

Siglo XVI en el Campo de Dalías (Almería)

Patrice Cressier describe la evolución de las alquerías dalienses desde la conquista hasta su posterior evolución durante la Edad Moderna basándose en documentos como el Libro de apeo, el catastro de Ensenada o la historiografía moderna. A partir del libro de apeo, fuente que describe los bienes existentes en la taha y que serán objeto del repartimiento de los años 70 del siglo XVI, se contemplan cinco núcleos habitados: Ambroz o Amrus (con los barrios de Almovara y El Marge), Alhiçan, Celín, Odba o Códbar y Almecete. Cressier concluye que tras la conquista se va perdiendo el nombre original de Amrus a favor del nombre de la taha, Dalías. Asimismo, señala que el barrio situado junto al antiguo hisn conservaría una preponderancia formal en cuanto a Celín. En relación a la administración, la conquista castellana establece el sistema usado en el resto del reino. Almería recibe un fuero y se establece un concejo elegido mediante insaculación, recibiendo a su vez una serie de bienes propios y exenciones que facilitasen la lenta repoblación del país. En el caso de Dalías, formaría parte del corregimiento de Granada y de la alcaldía mayor centrada en Ugíjar. Las alcaldías menores la formarían dos regidores, dos alcaldes y un alguacil tras real cédula de 8 agosto de 1501.

jueves, 1 de mayo de 2014

Edad Media Nazarita y repoblación del territorio en Dalías (Almería)

Tras la batalla de las Navas de Tolosa en 1212, se abre la conquista cristiana del valle del Guadalquivir, lo que acelerará el fin del período almohade en Al Andalus. En Almería, se forman las III taifas tras la toma del territorio de Ibn Hud desde Murcia, que domina el territorio hasta 1238. Poco antes, se va gestando el germen de lo que será el reino de Granada nazarita tras proclamarse sultán en Arjona un miembro de los Banu Nasr, Muhammad. Tras extender sus dominios hacia Guadix, Baza o Granada, donde colocará su capital, toma Almería entre 1238 y 1246. El nuevo reino en el que se integraría Almería y sus Alpujarras se convierte en un reino vasallo del castellano obligado a pagar parias, hecho que, sin duda, facilitaría su permanencia. Santiago Simón (Arquitectura de Al Andalus, VV.AA, 2002) indica que junto a este factor hubo otras razones que explican la supervivencia del emirato, tales como el apoyo de Muhammad I al rey castellano durante la conquista del valle del Guadalquivir y la especial orografía abrupta que separaba las campiñas sevillanas o cordobesas del reino nazarita.

jueves, 17 de abril de 2014

Edad Media prenazarita en el entorno de Dalías (Almería)

La llegada de los inmigrantes islámicos a las Alpujarras coincide con una población tardorromana dispersa y desvertebrada. Las luchas internas dentro del Estado visigodo, que las fuentes narran casi con carácter mítico, facilitaron la entrada de tropas y pobladores de origen árabe y norteafricano que fueron conformando el emirato de Córdoba y que se enseñorean de la mayor parte de lo que sería el Reino visigodo de Toledo. Cressier (Arquitectura de Al Andalus, VV.AA, 2002) indica que Almería debió estar ocupada en 713 tras firmarse el pacto de Tudmir que se refiere tanto al área murciana como a la alicantina y albaceteña, y cuyo núcleo más importante en la zona almeriense sería la tardorromana Urci (Pechina), sede de un obispado. En cuanto a Dalías, los últimos pobladores tardorromanos debieron situarse en el entorno de los actuales núcleos de población: Celín, Aljízar, Dalías y Almohara. Aunque las evidencias arqueológicas no son del todo evidentes, se conoce la existencia de una villa u ocupación tardía en Almohara y restos de vajilla a torno lento en el entorno de Aljízar que podrían indicar la ocupación de este espacio. Acién Almansa señala que los yundíes (cuerpos de ejército islámicos) se establecerían en los bienes indígenas. Posiblemente este sería el origen de las alquerías altomedievales de Dalías.

viernes, 11 de abril de 2014

UTRERA MEDIEVAL Y CASTILLO. PARTE III

Por Antonio Jesús Hormigo Aguilar y Pedro Pérez Quesada

Siglo XV y consolidación de la villa

La concesión de los privilegios reales y la construcción de la villa fortificada permitirían el crecimiento  de la población durante el siglo XV. De este modo, Utrera pasaría a tener unos 700 vecinos en torno a 1430 y unos 1500 en fechas de la conquista de Granada. Puesto que estas cifras de vecindario deben multiplicarse por 4,5 ó 5, tendríamos una población a fines del siglo XV de unos 8000 habitantes. Utrera, continuaba perteneciendo a la jurisdicción del Concejo de Sevilla (hasta 1748, con Felipe V, no pasaría a jurisdicción realenga).

UTRERA MEDIEVAL Y CASTILLO. PARTE II

Por Antonio Jesús Hormigo Aguilar y Pedro Pérez Quesada

Destrucción y construcción de Utrera

Terminada la Guerra del Estrecho, el castillo de Utrera y su villa se encontraban en una situación de relativa tranquilidad. Ésta se vió alterada a partir de la guerra entre el rey Pedro I el Cruel y su hermano, el futuro Enrique II, cuya consecuencia sería la destrucción de Utrera en 1368 y su despoblación durante algunos años. Caro relata los hechos de tal modo: “Estaba dividida Castilla por D. Enrique, y toda Andalucía por D. Pedro, salvo la ciudad de Córdoba… D. Pedro invocó al rey moro de Granada, llamado Mahomad.” 

UTRERA MEDIEVAL Y CASTILLO. PARTE I

Por Antonio Jesús Hormigo Aguilar y Pedro Pérez Quesada

 Conquista y repartimiento

En la campiña sur de Sevilla se encontraba el iqlim o distrito de Al-Fahs, con cabecera en Facialcazar (Cerro del Casar, solar de la turdetano-romana Salpensa), a unos 6 kms al sudeste de la actual Utrera. Durante el período islámico todo este entorno debió contar con una población eminentemente rural, cuya administración dentro de la Cora de Sevilla, sería gestionada desde Facialcazar. Las noticias sobre evidencias de época islámica en el actual emplazamiento de Utrera son escasas, siendo estas relativamente abundantes conforme se avanza hacia el sur. No obstante, se debe señalar que Rodrigo Caro contempla la posibilidad del origen islámico de la actual población: “los moriscos viejos dicen que es tradición entre ellos que Utrera fue pueblo de moros, y que le llamaban Hatrera”.

miércoles, 9 de abril de 2014

PLENA EDAD MEDIA-BAJA EDAD MEDIA CRISTIANA EN LA CAMPIÑA DE UTRERA

Por Antonio Jesús Hormigo Aguilar y Pedro Pérez Quesada



Conquista y repoblación

Hacia 1240, Fernando III inicia la ocupación militar del Valle del Guadalquivir  y su campiña. La mayor parte de las poblaciones islámicas residentes en esta zona no opuso resistencia, rindiéndose a partir de pactos y “pleitesías” (La Campiña Sevillana y la Frontera de Granada, García Fernández, 2005). Así, entre 1240 y 1243 pasaron a poder cristianos Écija, Marchena, Osuna, Estepa, Lora del Río, Cazalla, Cote y Morón de la Frontera.

LA EDAD MEDIA HISPANOMUSULMANA EN LA COMARCA DE UTRERA

Antonio Jesús Hormigo Aguilar, Pedro Pérez Quesada


Evolución política y división territorial

A partir de 711 se producen las primeras oleadas árabes y beréberes. Posteriormente, en 743 se asientan en el sur de Al-Andalus tropas sirias organizadas en yunds, emplazándose en Ixbilia-Sevilla el yund de Emesa. Se conoce que recibirían las 2/3 partes de las tierras sobre las propiedades de los hispanogodos. Por otra parte, el hecho de que ningún cristiano pudiera tener siervos musulmanes incitaría a que los grandes terratenientes se convirtieran al Islam, lo que multiplicó las conversiones. De este modo, parte de la población hispanogoda se convertiría al Islam (muladíes), otra parte continuó con las tradiciones y cultos cristianos (mozárabes) y un sector emigraría al norte, a los incipientes reinos cristianos.

sábado, 8 de marzo de 2014

LA TORRE DEL HOMENAJE DEL CASTILLO DE UTRERA

Se emplaza al este de la fortaleza presentándose volada hacia el interior y sobre una cota de uso en el Medievo de en torno a + 2 m respecto al inminente patio de armas. Esta situación significaría que en el momento en el que la fortaleza toma su aspecto actual la torre del Homenaje añadiría a sus amplios muros una preeminencia respecto a las murallas que casi la circundaban. La torre del Homenaje debe ser el elemento más antiguo del recinto, cuya fecha de construcción debe oscilar entre los años 1320-1330, en un momento difícil para la frontera con Granada. En estos momentos se deben estar edificando también otros castillos o torres de la campiña cercana (Águila, Lopera, Molares,…) conformando en 1344 una de las Tenencias a las que el Concejo de Sevilla otorgaba alcaide. Tras los sucesos de 1368, con la toma de Muhammad V de Utrera, se realizarían trabajos de envergadura que cerrarían el actual recinto, adosándose a la Torre los muros este y nordeste.


miércoles, 19 de febrero de 2014

Intervención arqueológica en el Castillo de Utrera. Parte IV. Edad Media

Edad Media, reocupación y nacimiento de Utrera (Fases V y VI)

La estratigrafía turdetana finaliza en torno al siglo III a.C, como se ha mencionado supra, siendo continuado por una serie de estructuras situadas al interior del patio de armas que pertenecen a una fase precedente a la edificación del polígono actual de la fortaleza medieval y que denominamos Fase V. A una cota variable entre -0,30 y -0,60 m bajo la rasante se detectaron estructuras y depósitos que se pueden fechar en el tránsito entre la Plena Edad Media almohade y la Baja Edad Media cristiana, en un momento anterior a la toma de las fuerzas granadinas de Utrera en 1368. Las evidencias que llaman nuestra atención se componen de una serie de estructuras construidas con hormigón de cal o tapia acerada con gran proporción en carbonato cálcico. En el microsondeo 4, al sur del conjunto, se detectó un muro (UEC 4009) construido con esta técnica de unos 70 cms de ancho y 70 cms de profundidad con cota mínima de -0,66 m y máxima de -1,36 m. Esta estructura, dispuesta de norte a sur y cortada por la cimentación de la muralla sur del castillo debe formar un conjunto con otros restos constructivos detectados en el microsondeo 5, al oeste del castillo. En este corte, se exhumó una compartimentación construida con argamasa rica en cal y mampostería a la que se asociaban dos camas de cal que alcanzaban una cota de -1,1 m. La disposición de estas alineaciones murarias era paralela al muro oeste y, por tanto, similar a la UEC 4009. Los materiales asociados eran ciertamente escasos y poco clarificadores. Se trata de fragmentos de vajilla de mesa de tradición almohade, con amplia perduración durante los siglos XIII y XIV, justo la fecha en la que se supone que Utrera parece ser fundada (primer cuarto del siglo XIV). Las características de las fábricas constructivas también parecen continuar con la tradición de las obras almohades. Tabales (El tapial en el área sevillana, 2008) señala como particularidad de los tapiales norteafricanos la alta dosis de cal agregada en los tapiales, constituyendo auténticos hormigones que unidos a la grava equivalen a hormigones de tipo ciclópeo, como es nuestro caso. Otro dato que contribuye a pensar en que la Fase V podría datarse en torno a este período intermedio entre la Plena y la Baja Edad Media es la presencia de un estrato deposicional al este de estas estructuras y detectadas en el microsondeo 4. Se trata de un relleno que contiene cerámica mezclada de época turdetana y vajilla de tradición almohade pintada junto a algún fragmento de ataifor. Así mismo, en la culminación del baluarte protohistórico se recogieron algunos fragmentos de vajilla de este tipo, en un contexto con evidentes huellas de combustión. En resumen, de estos datos se puede concluir lo siguiente:

martes, 18 de febrero de 2014

Vajilla protohistórica en Utrera



Intervención Arqueológica en el Castillo de Utrera. La protohistoria. Parte III

Protohistoria. Tartessos en el Cerro del Castillo (Fase IV)
                                                                                             
1) Los algo más de 3 m de estratos calcolíticos aparecen sellados por una gruesa capa de unos 25 cms de grosor perceptible en los sondeos 1 y 2, alcanzando una longitud mínima de 6 m. Viene representada por las UUUEECC 108 y 204 y se forma por una mezcla más o menos homogénea de cal, tierra y gravilla. Sobre la misma hallamos la estructura UEC 202 construida con mampuestos de piedras de tamaño medio dispuestos de forma ordenada unidos con argamasa de barro. Conserva unos 2,75 m desde su base hasta el coronamiento. Se trata de una estructura maciza que se mete hacia el patio de armas al menos 50 cm y ligeramente ataludada al exterior. No se ha podido precisar la cronología debido fundamentalmente a las dificultades para adentrarnos con nuestra excavación al interior del patio de armas. No obstante, se puede barajar la siguiente hipótesis: aparentemente podría tratarse de un baluarte o torre maciza. Debido a la caída de la muralla del castillo en los años 30 del siglo XX los rellenos asociados a este posible baluarte se perdieron, quedando visible una pequeña parte del mismo. Posteriormente fue colmatado por los rellenos y escombros de cronología contemporánea. En tanto se monta sobre potentes niveles calcolíticos, su datación podría relacionarse con la que denominamos Fase IV (Utrera IV) formada por niveles protohistóricos que se podrían extender desde el siglo VII a.C hasta el II a.C. Esta fase IV se observa con claridad al interior del castillo, en el patio de armas, justo en la zona interna a la fortaleza donde se podría ubicar la UE 202. De tal modo, se puede especular con una cronología protohistórica, formando parte - quizás - de un oppidum sobre las cimas más elevadas de la actual Utrera.

lunes, 17 de febrero de 2014

Dispersión de platos y vajilla campaniforme en el entorno de Utrera y tipos de vajilla calcolítica en Utrera

Platos de borde almendrado y vajilla campaniforme en el entorno de Utrera



III milenio en la campiña de Utrera

III milenio en el entorno de Utrera


La excavación en la ladera del cerro del castillo de Utrera ha confirmado la existencia de un asentamiento calcolítico en el sustrato arqueológico sobre el que se monta la ciudad histórica. Las evidencias anteriormente conocidas tenían su origen en las inspecciones realizadas durante la redacción del Plan Especial (Amores, F; Pérez Quesada, P) en las que se reconocieron materiales procedentes del mismo castillo y, fundamentalmente, de la orilla derecha de los arroyos de las Monjas y Calzas-Anchas. El conjunto de toda esta información nos permite decir que el primer poblamiento en el solar de Utrera sería un poblado con una extensión de unas 25 has que abarcaría la loma en la que durante el siglo XIV se ubicaría la primera cerca medieval y que se extendería al norte de la misma, en el espacio amesetado que se dispone en torno a la actuales calles Via Marciala y parte de La Corredera. Mientras que el cerro del castillo ofrece un hábitat más o menos permanente de cabañas, los solares que se inspeccionaron en el entorno de la Via Marciala ofrecieron alguna estructura de tipo siliforme asociado a materiales calcolíticos.

Intervención arqueológica en el Castillo de Utrera. Parte II. El III milenio

Ocupación del cerro del Castillo durante el III milenio a.C

La excavación y el reconocimiento de los restos arqueológicos que se superponen sobre el cerro calizo a una cota de -6,25 m con respecto al patio de armas han permitido reconocer varias fases de ocupación. Cada fase se puede componer de lo que hemos denominado niveles. Estos niveles abarcan un conjunto de unidades estratigráficas que se encuentran íntimamente relacionadas por cuestiones de sincronía o de afinidad cultural. Por ejemplo, se ha considerado que un hogar situado sobre una cama de cal compone un mismo nivel. Asimismo, la capa de tierra que amortiza este espacio tras su abandono también formaría parte del mismo nivel. El conjunto de niveles que guardan una relación sincrónica forman una fase. Durante el III milenio a.C se suceden tres fases desde el Calcolítico Pleno hasta la aparición de la Cultura campaniforme.

domingo, 16 de febrero de 2014

Intervención arqueológica en el Castillo de Utrera. Parte I. El espacio natural

 Espacio natural

1) La primera ocupación efectiva del solar que durante el siglo XIV acogerá a la protovilla que daría origen a Utrera tiene lugar hacia mediados del III milenio a.C, durante el Calcolítico Pleno (2600-2500 a.C). Hasta entonces, todo el entorno de la actual Utrera debió ser una zona de tránsito de los grupos musterienses cuyas evidencias se han detectado a la orilla izquierda del arroyo Calzas-Anchas, principalmente en la zona de Parpagón. En esta zona se han recogido útiles y núcleos con la técnica Levallois de tradición del Paleolítico Medio y algún cuchillo de tipología auriñaciense, al principio del Paleolítico Superior. Nada impide pensar que estos grupos humanos frecuentasen las tres colinas en las que se ubicó Utrera.