miércoles, 19 de febrero de 2014

Intervención arqueológica en el Castillo de Utrera. Parte IV. Edad Media

Edad Media, reocupación y nacimiento de Utrera (Fases V y VI)

La estratigrafía turdetana finaliza en torno al siglo III a.C, como se ha mencionado supra, siendo continuado por una serie de estructuras situadas al interior del patio de armas que pertenecen a una fase precedente a la edificación del polígono actual de la fortaleza medieval y que denominamos Fase V. A una cota variable entre -0,30 y -0,60 m bajo la rasante se detectaron estructuras y depósitos que se pueden fechar en el tránsito entre la Plena Edad Media almohade y la Baja Edad Media cristiana, en un momento anterior a la toma de las fuerzas granadinas de Utrera en 1368. Las evidencias que llaman nuestra atención se componen de una serie de estructuras construidas con hormigón de cal o tapia acerada con gran proporción en carbonato cálcico. En el microsondeo 4, al sur del conjunto, se detectó un muro (UEC 4009) construido con esta técnica de unos 70 cms de ancho y 70 cms de profundidad con cota mínima de -0,66 m y máxima de -1,36 m. Esta estructura, dispuesta de norte a sur y cortada por la cimentación de la muralla sur del castillo debe formar un conjunto con otros restos constructivos detectados en el microsondeo 5, al oeste del castillo. En este corte, se exhumó una compartimentación construida con argamasa rica en cal y mampostería a la que se asociaban dos camas de cal que alcanzaban una cota de -1,1 m. La disposición de estas alineaciones murarias era paralela al muro oeste y, por tanto, similar a la UEC 4009. Los materiales asociados eran ciertamente escasos y poco clarificadores. Se trata de fragmentos de vajilla de mesa de tradición almohade, con amplia perduración durante los siglos XIII y XIV, justo la fecha en la que se supone que Utrera parece ser fundada (primer cuarto del siglo XIV). Las características de las fábricas constructivas también parecen continuar con la tradición de las obras almohades. Tabales (El tapial en el área sevillana, 2008) señala como particularidad de los tapiales norteafricanos la alta dosis de cal agregada en los tapiales, constituyendo auténticos hormigones que unidos a la grava equivalen a hormigones de tipo ciclópeo, como es nuestro caso. Otro dato que contribuye a pensar en que la Fase V podría datarse en torno a este período intermedio entre la Plena y la Baja Edad Media es la presencia de un estrato deposicional al este de estas estructuras y detectadas en el microsondeo 4. Se trata de un relleno que contiene cerámica mezclada de época turdetana y vajilla de tradición almohade pintada junto a algún fragmento de ataifor. Así mismo, en la culminación del baluarte protohistórico se recogieron algunos fragmentos de vajilla de este tipo, en un contexto con evidentes huellas de combustión. En resumen, de estos datos se puede concluir lo siguiente:

martes, 18 de febrero de 2014

Vajilla protohistórica en Utrera



Intervención Arqueológica en el Castillo de Utrera. La protohistoria. Parte III

Protohistoria. Tartessos en el Cerro del Castillo (Fase IV)
                                                                                             
1) Los algo más de 3 m de estratos calcolíticos aparecen sellados por una gruesa capa de unos 25 cms de grosor perceptible en los sondeos 1 y 2, alcanzando una longitud mínima de 6 m. Viene representada por las UUUEECC 108 y 204 y se forma por una mezcla más o menos homogénea de cal, tierra y gravilla. Sobre la misma hallamos la estructura UEC 202 construida con mampuestos de piedras de tamaño medio dispuestos de forma ordenada unidos con argamasa de barro. Conserva unos 2,75 m desde su base hasta el coronamiento. Se trata de una estructura maciza que se mete hacia el patio de armas al menos 50 cm y ligeramente ataludada al exterior. No se ha podido precisar la cronología debido fundamentalmente a las dificultades para adentrarnos con nuestra excavación al interior del patio de armas. No obstante, se puede barajar la siguiente hipótesis: aparentemente podría tratarse de un baluarte o torre maciza. Debido a la caída de la muralla del castillo en los años 30 del siglo XX los rellenos asociados a este posible baluarte se perdieron, quedando visible una pequeña parte del mismo. Posteriormente fue colmatado por los rellenos y escombros de cronología contemporánea. En tanto se monta sobre potentes niveles calcolíticos, su datación podría relacionarse con la que denominamos Fase IV (Utrera IV) formada por niveles protohistóricos que se podrían extender desde el siglo VII a.C hasta el II a.C. Esta fase IV se observa con claridad al interior del castillo, en el patio de armas, justo en la zona interna a la fortaleza donde se podría ubicar la UE 202. De tal modo, se puede especular con una cronología protohistórica, formando parte - quizás - de un oppidum sobre las cimas más elevadas de la actual Utrera.

lunes, 17 de febrero de 2014

Dispersión de platos y vajilla campaniforme en el entorno de Utrera y tipos de vajilla calcolítica en Utrera

Platos de borde almendrado y vajilla campaniforme en el entorno de Utrera



III milenio en la campiña de Utrera

III milenio en el entorno de Utrera


La excavación en la ladera del cerro del castillo de Utrera ha confirmado la existencia de un asentamiento calcolítico en el sustrato arqueológico sobre el que se monta la ciudad histórica. Las evidencias anteriormente conocidas tenían su origen en las inspecciones realizadas durante la redacción del Plan Especial (Amores, F; Pérez Quesada, P) en las que se reconocieron materiales procedentes del mismo castillo y, fundamentalmente, de la orilla derecha de los arroyos de las Monjas y Calzas-Anchas. El conjunto de toda esta información nos permite decir que el primer poblamiento en el solar de Utrera sería un poblado con una extensión de unas 25 has que abarcaría la loma en la que durante el siglo XIV se ubicaría la primera cerca medieval y que se extendería al norte de la misma, en el espacio amesetado que se dispone en torno a la actuales calles Via Marciala y parte de La Corredera. Mientras que el cerro del castillo ofrece un hábitat más o menos permanente de cabañas, los solares que se inspeccionaron en el entorno de la Via Marciala ofrecieron alguna estructura de tipo siliforme asociado a materiales calcolíticos.

Intervención arqueológica en el Castillo de Utrera. Parte II. El III milenio

Ocupación del cerro del Castillo durante el III milenio a.C

La excavación y el reconocimiento de los restos arqueológicos que se superponen sobre el cerro calizo a una cota de -6,25 m con respecto al patio de armas han permitido reconocer varias fases de ocupación. Cada fase se puede componer de lo que hemos denominado niveles. Estos niveles abarcan un conjunto de unidades estratigráficas que se encuentran íntimamente relacionadas por cuestiones de sincronía o de afinidad cultural. Por ejemplo, se ha considerado que un hogar situado sobre una cama de cal compone un mismo nivel. Asimismo, la capa de tierra que amortiza este espacio tras su abandono también formaría parte del mismo nivel. El conjunto de niveles que guardan una relación sincrónica forman una fase. Durante el III milenio a.C se suceden tres fases desde el Calcolítico Pleno hasta la aparición de la Cultura campaniforme.

domingo, 16 de febrero de 2014

Intervención arqueológica en el Castillo de Utrera. Parte I. El espacio natural

 Espacio natural

1) La primera ocupación efectiva del solar que durante el siglo XIV acogerá a la protovilla que daría origen a Utrera tiene lugar hacia mediados del III milenio a.C, durante el Calcolítico Pleno (2600-2500 a.C). Hasta entonces, todo el entorno de la actual Utrera debió ser una zona de tránsito de los grupos musterienses cuyas evidencias se han detectado a la orilla izquierda del arroyo Calzas-Anchas, principalmente en la zona de Parpagón. En esta zona se han recogido útiles y núcleos con la técnica Levallois de tradición del Paleolítico Medio y algún cuchillo de tipología auriñaciense, al principio del Paleolítico Superior. Nada impide pensar que estos grupos humanos frecuentasen las tres colinas en las que se ubicó Utrera.